miércoles, 10 de diciembre de 2014

Del autómata al cyborg

Del autómata al cyborg.
Thomas Hobbes como pretexto. 

 El presente ensayo corresponde al trabajo final que presenté en la signatura "Historia de la Filosofía V" a cargo de la Dra. Viridiana Platas Benítez, en la Facultad de Filosofía y Letras (UNAM).


Introducción: Mecanicismo.

El término <<mecanicismo>> ha sido empleado para referirse a las acciones de la naturaleza como acciones mecánicas, Hobbes utiliza el método mecanicista para: “…concebir la naturaleza humana y los objetos naturales que motivan en la psicología del hombre. Luego, la conformación de la sociedad civil y el Estado.”[1] Así pues, el mecanicismo en Hobbes puede ser entendido a partir del movimiento de la naturaleza corpórea, ya que ningún cuerpo puede considerarse en reposo; es decir, el mecanicismo de Hobbes es la materia en constante movimiento.  La política de Hobbes ve la psicología y el comportamiento humano como una necesidad causal: “…máquina natural sometida a la sucesión estricta de causas y efectos, teniendo como propiedades naturales el desear y obrar, es decir, deliberar y moverse en función de la primera circunstancia que es el deseo.”[2] De esta forma Hobbes ve en el hombre un ser sin autonomía de esa gran máquina que es el mundo, el hombre como cuerpo está en constante desplazamiento en relación con otros cuerpos, ya que, él no es ajeno a los procesos físicos de la naturaleza.

El Leviatán como autómata.

Dice Hobbes que el hombre imita a la Naturaleza como un arte[3], a tal grado de poder crear algo artificial; para ilustrar su premisa realiza un comparativo entre los elementos de un cuerpo humano en relación a las partes de un autómata, para que éste tenga vida artificial requiere de resortes como un corazón, necesita de fibras como nervios, y las ruedas que le dan movimiento son las articulaciones. De esta forma Hobbes ve esta creación del autómata un símil, al que visualiza como Leviatán[4], y lo llama <<Estado>>; Hobbes rompe como todos los elementos de la sociedad feudal, apela a un método en el que para resolver cualquier situación, el estudio de la naturaleza física en la sociedad humana en específico, es a partir de cómo nos concebimos en sociedad y dentro de las creencias del cómo debemos vivir. Así pues, la sociedad se resuelve en: “una colección de individuos, cada uno de los cuales constituye un sistema cuyo fin es la conservación  de sí mismo. Los móviles humanos fundamentales son el deseo de dominio y el deseo de evitar la muerte”;[5] se ve que el hombre lucha por lo que ambiciona por naturaleza, los límites son la muerte y el temor a ella.

              Antes de la sociedad existe la lucha por la dominación, donde no hay poder común, no hay derecho; y donde no hay derecho no hay injusticia. Esto da razón al individuo para tener más temores que esperanzas, dejando a la muerte como resultado de la dominación, y para evitar la muerte se tiene que emplear la paz o el acuerdo; mas esto no basta para frenar el temor a la muerte. En el estado de naturaleza no hay contratos y no hay seguridad para el hombre; “para dar un respaldo se necesita establecer un contrato, en el que los hombres transfieren su poder a un poder común”,[6] de esta manera surge el soberano. Hobbes ve en ese contrato social la figura del “Leviatán”.

El autómata como cyborg.

En el “Manifiesto para cyborgs”, dice Donna Haraway que un cyborg es: “…un organismo cibernético, un híbrido de máquina y organismo, una criatura de realidad social y también ficción (…) criaturas que son simultáneamente animal y máquina, que viven en mundos ambiguamente animal y máquina”.[7] Todos somos cyborgs y nuestra política es cyborg, esto permite diferentes transformaciones históricas al no estar regulado por lo público ni lo privado como el autómata; la política, o mejor dicho, la tecnopolítica radica en la ciencia ficción, la blasfemia, la ironía y la bestialidad al negar a Edipo, al no ser un cuerpo de narro, al no reconocer la familia como institución, al ser éste quien haga saber al amo que está castrado.

              Los límites de lo animal-humano y máquinas siempre han estado en juego; el autómata como: “…maravillosos mecanismos (que) crearon en las conciencias (…) la idea de que todas las funciones y operaciones de los seres vivos, incluidos los seres humanos, podían explicarse sin recurrir a ningún principio anímico”,[8] esto no es más que la imitación burda del sueño humano al no tener movimiento ni decisión propia; en cambio, el cyborg de finales del siglo XX va más allá de la reproducción, es quien se puede burlar de la ubicuidad de ese gran Leviatán. De este modo, la tecnopolítica del cyborg radica en las fronteras, de todo tipo, transgredidas; así pues, para Haraway un mundo de cyborgs tiene dos caras, la primera, es el último mecanismo de control mundial, la segunda, es un mundo donde las personas ya no tienen miedo a su parentesco con lo animal y la máquina.

Subjetividad y representación.

Un monstruo ofrece documentación de lo físico y lo mental, es decir, nos muestra a qué debemos temerle y cómo desplazarnos en nuestro mundo; esto como resultado de la Filosofía Política del siglo XVII, que nos deja a la mujer, al animal y al Indio/Indígena como figuras de alteridad y exclusión (bárbaro-salvaje), es decir, figuras cercanas a la naturaleza. En este punto me detengo para hablar sobre el pensamiento inicial del hombre, para Hobbes es la representación, es la apariencia que tienen los cuerpos exteriores a nosotros; son objetos sensibles, o mejor dicho, movimientos de la materia que actúan en nuestros órganos, dichos objetos exteriores producen sensaciones de diferentes grados en los sentido generando un tipo de conocimiento humano.

              De la sensación del objeto viene la apariencia, de ésta la fantasía y finalmente la imagen como resultado de las sensaciones del hombre, debido a que él cataloga su exterior desde sí mismo. A la imaginación corresponden las cosas que son percibidas por los sentidos y el entendimiento se relaciona con ésta a través de palabras y signos que hacen comprender al hombre sus propios pensamientos. “Cuando una persona concibe un entendimiento no es casualidad, porque cualquier pensamiento inmediatamente posterior es originado por la transición de una imagen a otra según sensaciones inmediatas en el hombre”[9] El entendimiento como pensamiento depende de las reflexiones reguladas a través de nuestros deseos, está sujeto a la impresión dejada por las cosas que observamos como movimiento dentro de nosotros mismos; esta subjetividad es la condición del sujeto en Estado de Naturaleza relacionada con las pasiones y cualidades físicas de cada uno de los sujetos, que nos dejan ver lo que es viable para la felicidad y conservar la vida.

Conclusión.
La promesa artefactual: Leviatán vs. Cyborg.

El Leviatán, como figura o metáfora, que nos presenta Hobbes se inscribe como temor a sufrir algún daño, “…es un poder invisible imaginado por la mente o basado en relatos públicamente permitidos…”[10] , al creer en la veracidad de lo que nos lleva a temer como principio de autoridad, se convierte en objeto de fe; es decir, a partir del temor que el sistema emplea sobre nosotros comenzamos a construir alteridades y peligros simbólicos a partir de lo que no se conoce. Debemos suponer su existencia con la finalidad de hacer pensable y dominable lo extraño como saberes y armas históricas para deslegitimar las subjetividades. Sin embargo, el cyborg como figura inscrita en el marco de la posmodernidad produce: “…no tanto efectos de distanciamiento, como efectos de conexión, de encarnación y de responsabilidad con algún otro lugar imaginado que ya podemos aprender a ver y a construir.”[11] El cyborg es la figura que ha llegado a darle representación a esas multitudes excluidas por el Leviatán de la modernidad.[12] Finalmente, el Leviatán es quien construye la naturaleza como ficción reguladora de su propio discurso, en cambio, para el cyborg la naturaleza es un lugar común en el que sebe reconstruir el discurso público, es decir, cuestionarlo y desnaturalizarla.


Bibliografía.

GONZÁLEZ, Alfredo, “Mecanicismo en el Leviatán de Thomas Hobbes”, en Ho Legon-Revista de Filosofía, Año 13, No. 13, Chile, 2009, pp. 21-31.

JASSO, Karla, Arte, tecnología y feminismo. Nuevas figuraciones simbólicas, Ed. Universidad Iberoamericana, México, 2008, 174 pp.

HARAWAY, Donna, “Manifiesto para cyborgs: ciencia, tecnología y feminismo socialista a finales del siglo XX”, en Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza, [Trad. Manuel Talens], Ed. Cátedra, España, 1995, pp. 251-312.

__________________, “La promesa de los monstruos: Una política regeneradora para otros inapropiados/bles”, [Trad. Elena Casado], en Política y sociedad, 30, España, 1999, pp. 121-163.

HOBBES, Thomas, “Introducción”, en Leviatan. O la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil, 2ª ed, 5ªreimp., Ed. FCE, Argentina, 2005, pp. 3-5.

MACINTYRE, Alasdair, “Lutero, Maquiavelo, Hobbes y Spinoza”, en Historia de la ética, [Trad. Roberto Juan Walton], Ed. Paidós, España, 1991.

MEJÍA, Iván, El cuerpo post-humano en el arte y la cultura contemporánea, Ed. ENAP-UNAM, México, 2005, 162 pp.

Ciberografía.

Ciborg, Hysteria, Número 8, Julio 2014.

Videografía.

VILLEGAS, Armando, “Las figuras del salvaje y el bárbaro en la filosofía política”, Coloquio Alteridad y Exclusión. XVII Congreso Internacional de Filosofía en Morelia.






[1] GONZÁLEZ, Alfredo, “Mecanicismo en…”, p. 23.
[2] Idem, p. 24.
[3] Entiendo por “arte” como toda producción que realiza el hombre, así como a las disciplinas del saber hacer (la carpintería, la zapatería, la pintura, la escultura…); lo que Hobbes proponen en las primeras líneas de su introducción al “Leviatán”, corresponde a lo que en la antigüedad clásica se comprendía por <<téchne>> como la ciencia del buen hacer.
[4] Hobbes recupera al monstruo marino “Leviatán” del Libro de Job en el Antiguo Testamento, donde este monstruo es invencible con mano humana, su mirada petrifica y castiga al ser rey entre los soberbios.
[5] MACINTAYRE, A, “Lutero, Maquiavelo, Hobbes y Spinoza”, en Historia de la ética, p. 145.
[6] Idem, p. 147.
[7] HARAWAY, D, “Manifiesto …”, en Ciencia, cyborgs y mujeres, p. 253.
[8] BENITEZ, Laura, Filosofía y mecanicismo.
[9] GONZÁLEZ, A, Op. Cit., p. 25.
[10] HOBBES, T, El Leviatán, p. 45.
[11] HARAWAY, D, “La promesa…”, p. 122.
[12] Apestados, leprosos, locos, hermafroditas, histéricas, frígidas, homosexuales…
 

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