miércoles, 29 de agosto de 2012

El cuerpo enfermo (2010)


El cuerpo en el arte contemporáneo se encarga de representar lo humano en todas sus fases, expresar la totalidad y las múltiples facetas de la condición humana: lo obsceno, lo fragmentado, lo abyecto, lo doloroso, etc. El cuerpo es lo que somos, lo que nos limita y lo que nos define, el cuerpo es un lenguaje; lenguaje de lo artificial y lo simulado, característico de una sociedad de las apariencias y del hiperconsumo, con una característica interesante: lo que se muestra siempre es real.

¿El cuerpo se podría definir como objeto al servicio del hombre o como carne y huesos al servicio de la razón? El cuerpo es un objeto subyugado a cambios inquietantes, un cuerpo enfermizo; cuerpo abyecto, que incuba tumores en silencio, reclama drogas, propaga virus y traiciona al alma negándose a continuar vivo indefinidamente.

Es en este momento del cuerpo enfermo, en el que e individuo  se da cuenta de su fragilidad, es el temor de ver en peligro su seguridad y su idea del hombre indivisible mediante la fragmentación y la descomposición. El hombre no es un mecanismo, tampoco es la suma de órganos de buen funcionamiento; el hombre no posee un cuerpo, él es un cuerpo.
            
En base a estas tres ideas: el cuerpo como lenguaje, el cuerpo procesual y el cuerpo enfermo, se centra mi trabajo de investigación teórica y visual utilizando al cuerpo como un objeto comunicante, ¿qué comunica?, comunica un cuerpo degradado y la inestabilidad de la sociedad contemporánea por medio de un cuerpo abyecto, un cuerpo enfermo que viene a sacarnos de la hiperrealidad en la que vivimos, solo por un instante; un cuerpo enfermo que sometido a la medicina entrará en un estado procesual y de renovación: un re-diseño del ser humano.














La línea bidimensional (2009)


La metafísica estudia el origen del hombre y del mundo, y ésta empieza dónde termina la ciencia, es decir: dónde surge el "caos", que se ve como una amenaza para las criaturas. Basándonos en El Caos Determinista, que cataloga al desorden como delincuente que viola las leyes de la naturaleza que genera confusión del estado ideal,  Platón concibe el estado ideal como "el todo en su lugar", es decir: como la racionalización del mundo "Demiurgo" por medio de estructuras racionales más no puede ser instaurado absolutamente en lo material, esto es, que todo es en círculos; sin embargo Platón lo jerarquiza en tres niveles: ideas, orden y caos. En idea se encuentran los modelos ideales de todas las cosas, pero en medio del orden y el caos se encuentra nuestro mundo idealmente ordenado que obedece a las leyes deterministas que no esta exento de ser aleatorio.

Ejemplificaré dicha teoría del caos con ejerecicios de línea, pero ¿qué es una línea? Bueno, es un elemento secundario, se define como la alteración completadel completo reposo del punto, ejercida por direcciones y tensiones, existen dos tipos de líneas: recta y diagonal. Dentro de la recta encontramos la horizontal como el eje donde se desplaza del hombre; la vertical como un ángulo recto y la inclinada como el movimiento infinito. Pero no es sino hasta éste punto dónde podemos hacer comparaciones entre el caos y la línea diagonal. La diagonal se divide en pura y rectas libres, las que desarrollo son las rectas libres, éstas pueden ser céntricas o acéntricas. Las rectas libres acéntricas se establecen con cierto paralelismo causando efecto alterno, ejem. Tenemos dos puntos alternos y se unen con dos líneas opuestas que chocan y forman una quebrada. Existen también las rectas libres simultáneas, en ella existe temporalidad y sus fuerzas son separadas, ejem. Tenemos dos puntos simultáneos y se unen por segmentos libres, generando así una curva; con ello se denota calidez y dramatismo.

Ahora si, ¿cómo es que se pueden unir las definiciones dadas? Imagina ahora una línea recta en movimiento rectilíneo uniforme y en algún momento de su trayectoria se altera o interrumpe con alguna fuerza desviando su dirección y velocidad y esto se repitirá equis número de veces. En resumen, el orden que llevaba la línea se altera con una fuerza, la línea pierde su estructura original (nivel de idea: idealmente ordenado), dejó de obedecer a las leyes deterministas y se volvio aleatoria; esto es la ejemplicación del Caos Determinista de Platón. De esta forma es como aplico la línea en mis dibujos.










Revalorando las vanguardias (2008)


El arte es la manera de hacer una cosa según las reglas, pero cuando nos ponemos a hablar de arte entendemos las bellas artes como pintura, escultura, grabado, arquitectura, artes decorativas y música. Hoy en día todo el mundo se cree capaz de juzgar al primer golpe de vista y definitivamente cualquier cuadro, pero no se le ocurre a casi nadie la idea de que el arte es un lenguaje en sí, lenguaje constituido por signos que poseen una carga cultural, signos alegóricos que son fatalmente incomprensibles para quien no ha aprendido a leerlos. El lenguaje es una manipulación de los datos sensoriales que transforma a éstos en objetos culturales. Las artes plásticas, por ser un lenguaje, son el término, la resultante de todo un sistema de signos que constituyen un repertorio; el valor de los signos plásticos se modifica en el decurso de los siglos. Los lenguajes artísticos sólo sirven porque informan sobre los datos de una sociedad, en un lugar preciso y en un tiempo delimitado, por eso el arte es la esencia misma de lo humano y encarna la experiencia del hombre, el arte simboliza el espíritu del hombre y le ayuda a conseguir sus objetivos.          

Partiendo de la premisa de que el arte es un lenguaje, ¿cuál es el lenguaje de las vanguardias? Si partimos de un concepto universalista de vanguardia corremos el riesgo de acabar encajando en el molde de una abstracción intelectual prediseñada, una colección de objetos, lenguajes, actitudes, ideas dispares intencionalmente elegidos y artificiosamente engranados entre sí. Pero las vanguardias no se han instrumentado sólo desde el territorio formal y sus principios, sino que han revelado su capacidad de erigirse desde todos los órdenes que afectan al hecho artístico en sí y de enfocarse hacia el inmediato marco de referencias contextuales en que éstas se mueven. 

El artista de vanguardia optó por ser de nuevo un profeta y demiurgo, conductor del diseño de un alma colectiva o conciencia implacable de sus debilidades y apetitos falsificadores. Cuando arrancaron las primeras vanguardias del siglo XX, la intervención sobre la definición social y vital del artista formaría ya una vertiente indisociable en la voluntad de construir proyectos teóricos.             En torno al Fauviso, Cubismo o Expresionismo, la figura del artista ha seguido la proyección del pensamiento de Cézanne que habla de que “El arte es una armonía paralela a la naturaleza. El artista es paralelo a la naturaleza”; depositarios de una misión universal por la que deben alumbrar un universo autónomo, susceptible de establecer innumerables puentes de ida y vuelta hacia las distintas facetas de la realidad y la imaginación. El artista del Futurismo es un agitador que, simultáneamente, construye una poética, la legitima bajo un armazón teórico e intenta socavar el espacio necesario en la conciencia colectiva para hacerla vigente. El dadaísta actúa de manera similar pero por reversión de imágenes, ya que su poética es presentada como destrucción de los principios poéticos, su teoría como “antiteoría” y su agitación como provocación corruptora del estado de las cosas. En las vanguardias soviéticas, el artista funciona bajo el propósito de catalizador, abanderado, o médium de un procesorevolucionario general convencido de expresar y dar forma a sus dimensiones profundas o modelando la utópica condición cultural en que dicho proceso ha de desembocar. Los miembros de la Bauhaus o del Neoplasticismo añadieron una vertiente pedagógica a la que tampoco estaban siendo ajenas, desde diversos presupuestos, las vanguardias soviéticas. El artista del surrealismo va a contar con nuevos modelos antagónicos que se están revelando dominantes en ciertos núcleos del mundo que le es contemporáneo: el artista-burócrata segregado por los totalitarismos fascistas y nazis y el que resulta del proceso de desactivación de las vanguardias soviéticas por el estalinismo.         

A mediados de los años veinte, las vanguardias han desplazado ya de su hegemonía al viejo arte académico, en un largo proceso de confrontación donde el despliegue de la cultura de comunicación de masas ha desempeñado un papel indirecto pero trascendental. Las operaciones sobre el lenguaje visual, sobre su estructura de cimentación teórica o sobre las alternativas a las relaciones arte-sociedad se realizan desde plataformas tipificadas para la mayoría de los aspectos genéricos que encuadran la condición vital segregada por el propósito del artista. La transmisión de las vanguardias a los diversos núcleos periféricos de Europa y América incluye también la transmisión de esta variada tipología en que ha derivado la figura del artista.