jueves, 18 de octubre de 2012

Cuerpo transexuado. El Discurso de la Jotería


Uno de los problemas que el siglo XX planteó fue si el cuerpo humano seguía siendo una forma biológica adecuada, actualmente el cuerpo sexuado se ha visto en un nuevo destino artificial de plasticidad, la transexualidad, como un artificio gestual, quirúrgico o semiúrgico, convirtiendo al cuerpo en prótesis donde todos somos simbólicamente transexuales, poniendo fin a la naturaleza que legitima los sexos de los cuerpos; convirtiéndolos en cuerpos hablantes que deconstruyen la naturaleza de las prácticas sexuales y del género.

Estos cuerpo abyectos toman por vez primera la palabra y reclaman su propia identidad, de aquí la idea de utilizar la palabra “Jotería” como calificativo  abyecto que tiene la necesidad de reivindicarse a partir de un nuevo discurso histórico y político; la figura del drag queen dentro del “Discurso de la Jotería” se presenta como un iconoclasta que rompe con las convenciones heterocentradas desde una aferrada pasión por la diferencia.

Dentro de mi fotografía utilizo el cuerpo como lugar y medio para la expresión artística y como herramienta para la política de la experiencia; recurro a la fotografía documental como una fotografía que trasciende más allá de su referente con la finalidad de provocar políticamente respecto al tema, busco que la identificación vaya más allá de la imagen y se de con relación al reconocimiento que el espectador hace de la humanidad del Otro.

Benjamín José Manuel Martínez Castañeda
Ciudad de México
Primavera 2012

Oscar Morales, de la serie "El Discurso de la Jotería", fotografía digital, México 2010


Carlos Bieletto, de la serie "El Discurso de la Jotería", fotografía digital, México 2010


Roberto Cabral, de la serie "El Discurso de la Jotería", fotografía digital, México 2012


Oswaldo Calderón, de la serie "El Discurso de la Jotería", fotografía digital, México 2012


Cristo Vampiro, de la serie "El Discurso de la Jotería", fotografía digital, México 2011

*Todas las fotografías son propiedad intelectual de Benjamín Martínez Castañeda

sábado, 6 de octubre de 2012

La era post-humana *

Mientras somos niños, para divertirnos nos inventamos nombres, apariencias y alteramos nuestra realidad para generarnos un mundo imaginario, un mundo feliz. Pero qué tan lejos puede llegar la imaginación del niño, que ahora el hombre adulto ha llegado a realizar semejantes aberraciones, modificando y alterando la condición humana; llevándonos a vivir la utopía de Un mundo feliz, como  una nueva era: La Era Post-humana.      

El primer escalón en el que reposa la era post-humana, es la cibercultura; que es vista como una culturade la computadora para la comunicación y el entretenimiento; es una nueva tecnología de la información generando nuevos desarrollos sociales, económicos y políticos, formulando un nuevo lenguaje universal: El lenguaje de lo digital. Dicho lenguaje digital tiene tres vertientes: 

Interactividad, que es la relación entre la persona y el entorno digital (software) siendo definido por el hardware (todo lo tangible de la computadora) que conectará al individuo y al software; Hipertextualidad y conectividad: es el acceso interactivo a cualquier cosa desde cualquier parte, potenciado por la tecnología (internet). Este modo de vida digital ha fortalecido la estrategia de hiperrealidad construida por el capitalismo hedonista e hiperconsumista, creando nuevas interacciones humanas a través del internet desarrollando avatares (representación gráfica, generalmente humana, que se asocia a un usuario para su identificación) y el culto a la doble personalidad, es el uso de un avatar para dar personalidad a un usuario en juegos y metáforas virtuales como la pornografía y las redes sociales.


La hiperrealidad como motor de realidades alternas y/o paralelas que nos permite ensimismarnos y hacernos olvidar lo real por un instante, en este punto las redes sociales juegan un papel muy importante, pues se encargan de diseñar lugares de interacción virtual en el que millones de personas del mundo se conectan con diversos intereses en común. El juego hiperreal se genera en el momento en el que las redes nos permiten diseñar perfiles o identidades alternas a nuestra imagen de carne y hueso, cambiando nombre, sexo, ubicación, peso, tez, etcétera; somos nosotros mismos jugando un papel diferente, viviendo una ilusión, teniendo una experiencia hiperreal.


El cuerpo siempre ha sido un elemento de provocación moral y política, en el cual se practican las nuevas tecnologías y nuevas estructuras del pensamiento logrando seducir la identidad del hombre en la cultura contemporánea, superando las diferencias y limitaciones de los sexos. La transexualidad es vista como una variación de la conducta sexual… un problema de género y más específicamente de identidad de género (MEJÍA, 2005), es una persona que se siente dentro de un cuerpo de otro género; el que decide cambiar de sexo se reintroduce, socialmente hablando, en un juego de comportamiento: juega a representar a un hombre o a una mujer.


Nan Goldin (artista) considera a los travestidos, transexuales y homosexuales, no como orientación sexual, sino como un rol de género, un tercer género. Goldin dice que este género se basa en experimentar las alternativas del ser humano como un acto de autonomía. Lo transexual es un artificio, ya sea cambiando el sexo o aprendiendo el rol, pues utiliza al cuerpo como una pantalla que refleja nuestro narcisismo: idolatría del cuerpo joven y el rechazo a la vejez (MEJÍA, 2005); el transexual esta en la búsqueda de un look que cubra una extraversión.


Por otro lado, lo post-humano se refiere a la mezcla de lo orgánico con lo industrial, la relación entre el cuerpo y todo tipo de fragmentos artificiales que constituyen un cuerpo de recambio, un organismo cibernético: un cyborg (MEJÍA, 2005); cualquier persona con marcapasos, una prótesis, cirugía plástica, podría definirse como post-humano. El cuerpo post-humano es algo que se esta gestando a la par con los avances de la biotecnología. La naturaleza del cuerpo humano, ha sido adulterada por artefactos que complementan lo que le falta al cuerpo o suplen órganos, da como resultado un cuerpo intervenido tecnológicamente, tecnología que ha conquistado el interior del cuerpo haciendo una mezcla de lo natural con lo artificial; creando así cuerpos prostéticos, cuerpos modificables, reintegrándolos al discurso de la funcionalidad y adaptable a una estetización. 

Como consecuencia de la evidente estetización, nos encontramos ante un cuerpo procesual, un cuerpo dentro del espectáculo de la apariencia siendo identificable con la fantasía; es parecer lo que se quiere parece, o ser quien se quiere ser: es buscar tener el control pleno de su imagen hasta modelarla a la medida de sus obsesiones (MEJÍA, 2005); es un cambio de identidad física y psicológica, es un re-diseño del sujeto.

El cuerpo post-humano es una consecuencia de los avances tecnológicos, el hombre se ha fusionado con los artefactos y las máquinas: se ha robotizado. La tecnología es vista como la prolongación de lo humano pues las partes del cuerpo se ven como piezas intercambiables elementos electromecánicos o electrónicos; ahora las máquinas están integradas a cuerpo dando como resultado un cyborg. Así pues, nos encontramos con un cuerpo herido por la tecnología convertido en un cuerpo virtual que ha transformado las investigaciones de género, sexualidad e identidad, porque de alguna manera el cyborg es una realización del deseo humano por ver en una sola entidad la mezcla de la fuerza sobrehumana dentro de una imagen asexuada.




Estamos en una etapa de superación total del cuerpo humano,un cuerpo desmaterializado, un cuerpo digital que sobrepasa los  límites biológicos que construye nuevos seres humanos si medir las consecuencias; estamos en una fase denominada transhumanismo  que nos da la posibilidad de alterar la condición humana por medio de la tecnología, creando un cuerpo post-humano, post-biológico, que nos conducirá a la conquista de la vida eterna. 



BIBLIOGRAFÍA:
1. BARES, Mauricio, Posthumano. La vida después del hombre, México, Almadia, 2007, 157 pp.
2. LIPOVETSKY, Gilles, La era del vacío, España, Anagrama, 2010, 220 pp.
3. MEJÍA, Iván, El cuerpo post-humano en el arte y la cultura contemporánea, México, UNAM, ENAP, 2005, 162 pp.

*Este texto fue escrito en Mayo de 2010 para la Revista MID-ART, Revista digital de arte y tecnología, No. 1 http://issuu.com/midart/docs/mid_art_mag1